Consistía en coger una nube (había ladrillos, cilindro y flores) pincharla en un palo, y bañarla en el chocolate que nos daban fundido. Dejábamos que pasaran un un minuto para ponerle birutas de colores o puntos de chocolate blanco, luego dejábamos que el chocolate se endureciera para comérnoslo. Después nos dieron moldes en los que pusimos el chocolate fundido y déjabamos tambíen que secara para luego sacarlos, no había que empujar el moldes si no dar golpes secos para que se cayeran.
Mientras el chocolate se secaba nos metieron en una cámara frigorífica que estaba a -22ºC, para colmo al meternos nos apagaron la luz, aunque fue divertido :). Al salir de la cámara volvimos a por nuestras nubes y nuestros chocolates, pero antes de irnos... ¡nos dieron helado gratis! Ya nos fuimos al autobús para irnos a casa. Fue una experiencia interesante sobretodo porque me encanta el chocolate.